jueves, 23 de mayo de 2019

Ñac-ñac el comelibros

Hace un par de semanas recogiendo la habitación de mi little vi un cuento muy curioso “Ñac-ñac el monstruo comelibros” de la editorial Cubilete y, como le estoy cogiendo el gusto a esto de buscar monstruos, una nueva aventura de Pequeños Detectives de Monstruos empezó a surgir en mi cabeza. El libro trata de un monstruo al que le encanta comerse libros y se va metiendo en diferentes cuentos tradicionales cambiando la historia. Al final del libro el monstruo se escapa... ¿qué mejor comienzo?



Iba a crear la historia para mi pequeña pero hablé con los papis de los detectives que nos ayudaron con el monstruo Piñata y les pareció buena idea que jugasen todos. Así que me puse manos a la obra adaptando la historia al espacio del que disponía. Volví a echar un vistazo al libro y decidí introducir más elementos de una partida de rol. No es que yo sea una experta en este tema ni mucho menos, solo he jugado dos veces y me ha encantado, pero quería que no fuese la típica gynkana. Así que esta vez iban a empezar a utilizar herramientas que nos ayudarían en diferentes momentos.

Preparé el cuento, unos calcetines con algunas imágenes de otro cuento que habíamos leído hace unos días, el monstruo, una jaula de madera y un gamusino que nos daría alguna pista.


El día de antes mandé a los papis un vídeo introductorio y les pedí que se lo mostraran a los pequeños detectives en algún momento antes de la partida. El vídeo lo hice con la app Voki.


Cuando nos reunimos imaginaros como estaban de emocionados, uno de ellos incluso había  traído unas gafas para buscar huellas (esto era fantástico). La misión empezaba simplemente con el cuidado del monstruo pero al leer el cuento se nos escapó y tuvimos que ir en su búsqueda. Antes de empezar a mirar por todos sitios repartí las herramientas que llevaba en mi mochila de detective veterano: unas gafas para ver en la oscuridad, unos polvos de luciérnaga para dar luz, una  cuerda multiusos, una lupa, unos cascos para escuchar lo que los gamusinos tuvieran que decirnos y una manta Linus que mantuve en la mochila.

Cuando empezamos la búsqueda eran ellos los que me decían por donde y según se acercaban a una pista, calcetines, usábamos herramientas que nos ayudaran a localizarlas. Por ejemplo, un calcetín estaba dentro de los baños, entonces al llegar allí algunos usaron sus polvos de luciérnagas y luego, los que llevaban las gafas de visión, entraron solos. 

En mitad de la búsqueda encontramos al gamusino y el que llevaba los auriculares pudo escuchar lo que decía: cuando el monstruo come mucho se esconde en un libro a descansar. Ya con las pistas empezaron a decir que estaba en el cuento leído días atrás. Ese cuento además formaba parte del teatro japones Kamishibai (ya os hablaré de él más adelante). Para acercarnos nos agarramos todos a la manta. Abrimos el teatro poco a poco..


Y cuando encontramos a Ñac-ñac le atamos con la cuerda...


... y le encerramos en su jaula diciendo las palabras mágicas "colorín, colorado, este cuento se ha acabado".


¡Misión cumplida! Para acabar a cada uno le hice entrega de un saquito con una bola mágica (una canica) y les expliqué que deberían guardarla muy bien para próximas misiones. La idea es que cada vez que atrapen uno obtengan una bola mágica que luego puedan cambiar por herramientas.

Creo que se lo han pasado genial, algunos de ellos me han pedido buscar otro nada más acabar, así que ya estoy pensando qué hacer en la siguiente... quizás aparezca algún candado, dado...










miércoles, 8 de mayo de 2019

Intriga y dolor de barriga

Hace unos días fue el cumpleaños de mi little (ha hecho 3, toda una mayor) y, como le gustó mucho atrapar al monstruo de las tuercas, organicé para su fiesta una nueva aventura de Pequeños detectives de monstruos. 

En esta ocasión no teníamos que atrapar a ningún monstruo sino ayudarle. Opté por esto porque había bastantes niños, creo que al final fueron unos 11, de entre 2 y 4 años y no sabía si le daría miedo a alguno de ellos. 


AVENTURA: INTRIGA Y DOLOR DE BARRIGA

Empecé el juego colocándome mi carnet de detective, una mochila y acercándome a los niños diciéndoles, en modo secreto, que necesita su ayuda para una misión. Enseguida todos quisieron participar. Me los llevé a un rincón donde nos sentamos y les expliqué cual era mi trabajo como detective de monstruos y que para pertenecer a la agencia primero debían hacerse su carnet con un nombre especial. Fueron pensando sus nombres clave y colocándose sus identificaciones en collares que tienen para colocar las tarjetas que compré.
 

Una vez identificados todos, presenté la misión. Me habían avisado que había un monstruo cerca que tenía un problema: le dolía mucho la tripa. Hablamos entre todos de por qué le podía doler y coincidieron en que era por comer muchas golosinas. Lo malo era que no sabíamos qué monstruo era y debíamos averiguarlo buscando indicios por la zona para ir descartando los posibles candidatos que la agencia nos había mandado.


Modifiqué la ficha de monstruo básica y dejé solo lo que le gusta. Ahí coloqué dibujos, ya que ninguno de los participantes sabía leer, que debíamos ir mirando y descartando.


Por ejemplo, a todos los monstruos menos a uno les gustaba comer naranja. Encontramos la piel de la naranja entre unas plantas y al mirar las fichas pudimos descartar al que le gustaba el plátano. Así fuimos buscando hasta que solo nos quedó uno: el monstruo de la piñata. Leímos en su ficha que para ayudarle había que tirar de sus cuerdas. Les pregunté qué donde podía estar y me contestaron que en un cumpleaños. Así que fuimos corriendo al local donde estábamos celebrando el cumple y ahí estaba. Tiramos de sus cuerdas y salieron todas las gominolas que le estaban causando tanto dolor de tripa :)

Podéis descargar las fichas de los monstruos aquí, solo falta dibujarlos 

La verdad es que se lo pasaron genial, querían más así que ya estoy pensando la siguiente aventura...